viernes, 24 de septiembre de 2010

Otto El Piloto (ser entrañable que vive en las zonas más oscuras y peligrosas de la hermosa ciudad olívica: Barreiro.).


Otto es una persona adorable que se dedica a intentar hacer la vida de los demás un poco más fácil. Comete errores, como todo el mundo, y cuando se da cuenta de ello se arrepiente sonadamente. A Otto le gusta la comida italiana, los bocadillos de jamón, el roscón que le hace su madre, el pollo al infierno de Luciérnaga y el chocolate negro de Valor. A Otto no le gusta la comida japonesa y la que tiene pinta rara. A Otto le gusta ir en coche, ver vídeos graciosos, el humor "inteligente", los helados en la playa, hacer reír a sus pacientes y meterse con Luciérnaga y Luciérnaga en sí. A Otto no le gusta aparcar, los cocidos del domingo, tener las manos llenas de polvo y los sábados por la noche en los que Luciérnaga llora desconsoladamente.

viernes, 17 de septiembre de 2010

‎(365 días, 8760 horas, 525600 minutos, 31536000 segundos)


Hace un año tenía la cabeza embotada, las manos frías de nervios y el corazón empezando a enrojecer.
Hace un año empezaste a cambiar todos los conceptos que tenía sobre amor, sobre dar y recibirlo, sobre dar y recibir cariño, sobre pasar momentos juntos y sobre saber estar bien con uno mismo.
Hace un año que ni U2, ni Radiohead, ni Yann Tiersen, ni Jon Brion, ni Joaquín Sabina, ni Serrat, ni LOL, ni Migala, ni Damien Rice, ni Quique González... ni mil cosas más me suenan sólo a música.
Que las luces en invierno, que París, que Vigo, que el Faro, que Oporto, que las noches y los días... tienen un sabor distinto.
Hace un año que viajar no significa desplazarse a otro lugar, sino "irme contigo no importa a donde".
Que tus manías me parece adorables, que tus enfados "PORQUENOENTIENDESNADA" me parecen adorables, que te pongas nervioso y que hables a trompicones me resultan adorables. Eso y que te enfades conmigo y tenga que desvelarte mis sorpresas porque eres un CAGAPRISAS y un pesado impaciente.
Que no me importa ser como soy yo contigo, porque es lo natural, porque es lo que me sale bien.


Que sé que siempre hay sitio para ti en mi cama, por pequeña que sea.
Que hay cosas que no se pueden escribir, porque son demasiado grandes.
Y que aquí, ahí y en todas partes estoy contigo, ya sabes cómo y ya sabes el porqué. Y siempre será así. Porque Luciérnaga y Otto creyeron en su casualidad. Y los juntó para siempre.