Que a veces me dan ganas de coger algunos días, compactarlos y tirarlos por la ventana, no es un secreto.
Que a veces necesito hacerme pequeña e incrustarme en tus costillas, tampoco.
Porque me gustas por cómo soy yo cuando estoy contigo.
Por la manera que tienes de sonreír cerrando los ojos.
Porque cuando te ríes la gente te mira, pero te da igual.
Porque cuando te ríes la gente te mira, pero te da igual.
Porque tuerces los pies.
Porque me has visto sin peinar, y no te has asustado.
Porque me has visto seria y preocupada, y no te has marchado.
Porque hueles a ti, y no hay olor parecido en el mundo. Ni mejor.
Porque al despertarte tienes voz de camionero.
Porque cuando estás parado delante de un semáforo eres incapaz de mirar a otro lado que no sea el mismo semáforo.
Porque a veces no tengo nada claro. Excepto tú.
Porque eres capaz de engullir tabletas enteras de chocolate Valor.
Porque cuando te doy la mano tus callos me arañan la palma.
Porque hay ciertas canciones que ya no volverán a ser las mismas.