lunes, 26 de abril de 2010

primavera número 20.


Cuenta la historia que el piloto regaló a Luciérnaga un álbum con fotos de los dos y páginas vacías para que lo llenasen. La historia cuenta también que no había páginas suficientes en el mundo para que pudiesen hacerlo. (Porque estuvieron juntos para siempre)

Ha sido un año extraño. Pero sinceramente no puedo quejarme de mis diecinueve años. Mis diecinueve años te han traído conmigo. Y no ha habido mejor regalo en el mundo.

miércoles, 21 de abril de 2010

Y sabe.


París es Otto. Y huele a Otto. Y cada esquinita y cada rinconcito es Otto.
Llueven gotas azules cielo y las sábanas por la mañana están calientes. Las calles echan de menos a Otto cuando no está y Luciérnaga también. Pero no pasa nada, porque París es Otto, como París fue Otto en febrero. En marzo y en abril. Y suena a Stay y a High and dry. Y a Les retrouvailles. Suena bonito. Y huele a pan recién hecho, a croissants y a Adolfo Domínguez. Y a domingos por la mañana temprano, cuando él todavía duerme.
París suena a 17 de septiembre. Y todas las calles hablan de él (y de mí y de los dos) y de toda una vida por delante. Pour toi et pour moi, ensemble. Y de flechas. Y de como un encuentro inesperado te puede cambiar la vida.



Y siente, huele, y sabe bien. Sabe a ti. Y a cuando vengas. Porque estás siempre y todo el rato. Porque París es Otto. Y Luciérnaga es París.