Da susto pensar en el mañana. En dónde estaremos el año que viene, en el tiempo que hará, en la crisis, los amigos, la familia... Cuando cambias de ciudad, de país y de ritmo y forma de vida todo lo que está a tu alrededor da un traspiés. Y asusta. Asusta pensar en lo que vendrá, en lo que se quedará, en lo que se irá, en lo que hemos vivido y que no volveremos a vivir (al menos de la misma manera), en lo bueno y en lo malo que tenemos ahora y en lo bueno y en lo malo que nos encontraremos. Da susto, da miedo. Mucho. Así que, por si acaso sólo te voy a pedir unas cosas, fáciles de cumplir, muy fáciles de cumplir:
* Mantente como hasta ahora, no cambies ni un ápice la maravillosa manera que tienes de ser. Eres único, irrepetible, especial e increíble.
* Conserva la risa de gallina clueca que tienes, la sonrisa más preciosa del mundo y el guiño de ojos que me hace sonreír en cualquier situación.
* Acuérdate de mí todos los días con una carcajada, no olvides que la mayoría de ellas las provocas tú. Olvídate de los llantos y lloreras que me han acompañado los últimos meses. No valen la pena.
* No me digas te quiero más que en persona. Me gusta escucharlo al oído y viendo cómo se mueven tus labios al decirlo.
* Vete al faro de vez en cuando. Aunque no me veas, cuando estés allí, yo también estaré.
* Habla con tu madre, hazla reír y entretenla.
* Visita a Cris de vez en cuando. Sabes que le encanta y que estará encantada de que lo hagas.
* Acuérdate de que cada noche, "al otro lado del río", yo también estaré durmiendo sola. Hazme compañía.
* Espérame. Te juro que yo volveré.
(Y yo prometo mantenerme igual que hasta ahora, pero mejor. Yo me quedo contigo. Tú eres París.)
Ufff, amor a distancia... me suena demasiado. Sé fuerte! ;) Yo misma soy una prueba viviente de que sí se puede...
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