viernes, 25 de septiembre de 2009

Norte, muy al norte


Cada vez más caigo en la cuenta de que de verdad existen esos momentos cumbre, los momentos en los que no sabes el porqué, el cómo, el cuándo ni el dónde, pero que provocan un pico en un electrograma de tu vida. Simplemente un día, en un momento justo te encuentras con una persona, en un lugar y voilà, taquicardias. Palpitaciones. Te sube la tensión. Te baja el nivel de control de movimientos y te sientes torpe. Es un asco, pero no te quejas, porque es un pico del electrograma, con duración en el tiempo desconocida, con perspectiva de futuro desconocida, pero con sonrisa permanente mientras dura. Y si tiene que durar, que dure, ¿para qué pararse a contar los segundos? Es mejor vivirlos.
Luciérnaga es increíblemente torpe, increíblemente inoportuna y con una facilidad pasmosa para ser sutil y que nadie la entienda. Crucemos los dedos y toquemos madera. Que el pico dure.




¡POR DIOS, ES CIERTO, LAS CASUALIDADES EXISTEN!

1 comentario:

  1. Me gustan las sonrisas tontas que se le quedan a una

    Muy bonito blog, me pasaré a menudo.

    Un beso enorme

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