lunes, 7 de diciembre de 2009

A los árboles de mi calle no les quedan hojas.


Hay días en los que te levantas con ganas de comerte el mundo, que entre las sábanas hay más vida que la tuya y que no te molesta que la gente grite en la calle.

Luego hay otros en los que simplemente te levantas y esperas que la bofetada que te dará el frío que hace en la calle no sea demasiado dolorosa. Y en los que te preguntas porqué te sientes la única persona en el mundo que no se levanta con una cara luminosa, y eso y tal.



Será que tengo que estudiar.




Me das ganas de cantar.

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